En el departamento de Piura, en el Perú, se han cultivado costumbres muy impregnadas en la sociedad que van desde danzas, folclore cultural, gastronomía, religión, etc.
Piura se encuentra ubicada al norte del Perú y sus tierras han visto nacer a muchos héroes y artistas que han contribuido con la historia del país. También ha sido un lugar que ha otorgado diversidad de aportes hacia la cultura popular y regional.
Desde fines del siglo XIX encontramos la presencia de bailes piuranos como el tondero y la marinera, los cuales tienen alta presencia en Alto Morropón, Piura y Sechura. También se suele cantar los tristes, el yaraví y la cuma nana, sobre todo Ayabaca y Huancamaba.
Entre los símbolos de Piura destacamos al algarrobo, considerado el rey de la flora piurana. El algarrobo es la imagen vegetal del departamento, no sólo por su abundancia, sino por sus virtudes. Pareciera que el espíritu piurano se ha confundido y amalgamado con este árbol, que inunda todo el paisaje del departamento de Piura.
Este departamento también se caracteriza por sus fiestas y festivales, una de ellas es la “Fiesta de Reyes”, la cual se celebra con una gran feria comercial. El día central es el 6 de enero (día de los Reyes Magos). También es por esas fechas que se le rinde homenaje al “Señor de la Agonía” patrón original de Sullana.
En cuanto a religión, al ser un pueblo muy católico desde su fundación, la Semana Santa se convierte en una de las tradiciones más importantes y que convoca muchos fieles sobre todo en Catacaos (desde 1547) y que lleva el honor de ser la fiesta religiosa más ostentosa de la costa- norte del Perú, a donde llegan peregrinos no solo de las zonas aledañas sino de todo el país por el turismo. Durante estos 7 días que comienza con el “Domingo de Ramos” las calles se abarrotan de fe y tradición. En Paita se desata la fiesta todos los años entre el 22 y 24 de setiembre al celebrarse en el puerto la fiesta de “Nuestra señora de las Mercedes” considerada “Gran Mariscala y Patrona de las Armas de Perú”. Esta festividad comienza con una semana de anticipación organizando las novenas antes del día central que es el 24 y que encabeza la gran procesión de la virgen.