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Muqui: La Leyenda del Duende Minero de los Andes

Las culturas andinas no solo nos han dejado un legado arqueológico y etnológico, sino que también muchas de las historias que se trasmitían de manera oral han superado el obstáculo de tiempo y aún siguen dando qué hablar. En este post conoceremos al famoso Muquí; este pequeño personaje de muchos cuentos que ha sabido explotar nuestra literatura andina.

Muqui: La Leyenda del Duende Minero de los Andes

El Muqui también se conoce como “anchancho” y se trata de un duende nacido en la mitología de los Andes Centrarles es decir: Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. El muqui se caracteriza por ser minero, por lo tanto toda su vida se desarrolla dentro del espacio subterráneo.

El nombre “Muqui” proviene de la castellanización del vocablo amistad “murik” que quiere decir “el que asfixia”. La vertiente huancavelicana del nombre muqui hace alusión a “al acto de torcer” o también “ahorcar”. Es por esta razón que los primeros mineros graficaron al Muqui con “sílice”, polvo letal que genera enfermedades como la silicosis. En quechua el nombre Muqui significa “húmedo” de esta definición se infiere que el Muqui en un ser que está presente en muchos departamentos del Perú.

Con la llegada de los españoles se dio una fusión de la cultura indígena con la cristiana, lo que traería consigo muchas creencias occidentales con relación a este mito, tal como que las principales víctimas de estas “pequeñas criaturas” solían ser los niños moritos, que aún no se habían bautizado.

Es así que la creencia en el Muqui provenía desde las antiguas tradiciones andinas sobre los demonios o pequeños seres que habitaban el “Uku Pacha” (mundo de abajo). También derivaba de los temores de los trabajadores de la mina y que a través de Muqui le daban sentido a tantas cosas extrañas que sucedían en su labor cotidiana.

En el imaginario popular existe más de un tipo de Muqui en el mundo de los Andes. Tenemos Muquis de Huacracocha, de Goyllat, de Morococha, de El Diamanate, de Santender y tantas otras minas, el nombre se adjudica de acuerdo al lugar donde se les vio rondar.

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