En el mundo las diversas culturas que tiene cada país hacen que se lleven a cabo muchas tradiciones poco convencionales, pues de acuerdo a que parte del mundo vivas pueden entenderse como un poco salidas del contexto, sobre todo en el mundo occidental del siglo XXI. En este post hablaremos acerca de los matrimonios arreglados, que si bien eran muy frecuentes en las antiguas sociedades, aún no se erradica esta práctica aparentemente arbitraria.
El matrimonio arreglado es aquel que se pacta sin tomar en cuenta el derecho a elegir de los contrayentes. Este suele ser muy común en países como India, China, Japón y en algunas partes de África y sobre todo en el mundo árabe.
La finalidad de estos “acuerdos” tiene como sustento el de preservar o limitar el acceso a un cierto orden económico y social por medio de pactos entre familias, obviando el compromiso de los futuros cónyuges.
Aquí el concepto de amor es totalmente distorsionado, aquellas personas a las cuales se les arregló un matrimonio, no parte del amor que sienten el uno por el otro, sino que terminan aceptando el conformarse con nuevas normas impuestas por el entorno social dentro de la unión a medida que esta avanza.
Al mismo tiempo es el “amor de compañía” el que rige este tipo de uniones, que surge a lo largo de la relación, pero que carece de lo que nosotros conocemos como “amor romántico”. Sin embargo fue durante el siglo XVII y XVIII que los matrimonios arreglados entraron en un gran apogeo, pues las familias aristocráticas Europeas y nobles concertaban matrimonios para mantener la fortuna y conservar el linaje puro.
En la actualidad existe un rechazo hacia los matrimonios pactados entre parejas con una importante diferencia de edad, e incluso se han registrado muertes de “jóvenes” novias a causa de sus parejas en la primera noche de bodas, pues son aún niñas.