Chicago es hogar de muchos de los rascacielos más altos de todos los Estados Unidos, siendo por ello que al llegar a la ciudad y subimos a una de estas grandes edificaciones arquitectónicas podemos encontrarnos con un paisaje panorámico desde el cielo: el denominado Chicago Skyline. A propósito se considera que la vista desde las alturas en Chicago es una de las más altas a nivel global, contando con tres de los cinco edificios más altos de toda América, razón más que suficiente como para poder tomarlo en cuenta para una visita turística.
La construcción de amplios edificios se ha llevado a cabo en Chicago desde finales del siglo XIX, causando un agradable contraste en comparación a los edificios más modernos de la ciudad, como por ejemplo la Trump Tower, considerado como el segundo rascacielos más alto de todo los Estados Unidos.
Por todo esto es común que la gran mayoría de rascacielos tengan sus puertas abiertas para el aprovechamiento de instalación de miradores que si bien en cualquier momento del día van a brindar vistas increíbles, estas mismas gozan de mayor encanto durante la noche debido a la presencia de la iluminación de toda esta gran área urbana, todo un espectáculo que nace a partir de la necesidad de iluminación.