En el año 1954, los arqueólogos Estrada, Evans y Megger gracias a la colaboración que recibieron de Francisco Huerta Rendón, llevaron a cabo los primeros estudios que dieron pie a su descubrimiento.
La Cultura Chorrera llegó a expandirse por casi todo el territorio ecuatoriano así que tuvo mucha influencia dentro del país al punto de ser considerada como base del sentido de nacionalidad ecuatoriana. Desarrollaron muchas habilidades, entre ellas se encuentra la cerámica, que se caracteriza por un superficie tan pulida que lucía como un espejo con matices de rojo, negro, ahumado y blanco amarillento. En la pintura se aplicaba la técnica en negativo, esta cultura tenía muy desarrollada la expresión artística en el campo cerámico.
En las vasijas se puede encontrar representaciones de la naturaleza como animales, plantas, frutos y también llegaron a plasmar su arquitectura y el lado humano. A lo largo de dos mil años de tradición artística los chorrera han influido bastante en futuras culturas por sus logros en diseño, decoración y trabajo de formas y superficies en sus recipientes hechos por los alfareros de chórense.
Los Chorrera designaban a cada miembro de la tribu una distinta labor, estaban organizados en pescadores, agricultores o chamanes. La presencia de orejeras en algunos miembros nos habla de una sociedad en la cual existía una diferencia de rango. El pilar de la sociedad Chorrera fue el cultivo del maíz, también contribuyó a su dieta la recolección de mariscos de la costa en balsas de totora, la casa de animales y aves. Al mismo tiempo eran recolectores de frutos.
No hay duda que los Chorrera son considerados como una de las civilizaciones más sobresalientes en cuanto al arte del periodo formativo.