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Parque Güell: ¿Dónde está? e Historia del Parque de Gaudí

El parque Güell también conocido como Park Güell es un parque público con jardines y peculiares elementos arquitectónicos diseñado por Antonio Gaudí. Esta obra maravillosa es considerada como uno de los parques más bonitos del mundo así como Bien Cultural de Interés Nacional y Patrimonio Mundial.

Parque Guell

Ubicación

Este emblemático y enorme jardín urbano de la ciudad de Barcelona está situado en la parte superior de la ciudad, en las estribaciones de la sierra de Collserola, específicamente en la ladera sur del monte Carmelo, en el distrito de Gracia, entre los barrios de La Salud, Vallcarca-Penitents y El Coll.

Historia

El Park Güell fue diseñado por Antoni Gaudí entre 1900 y 1914 por encargo de Eusebi Güell.

Se inauguró como parque público en 1926.

En 1969 el parque Güell fue nombrado Monumento Histórico-Artístico de Carácter Nacional.

Desde 1984 es considerado por la UNESCO como Patrimonio Mundial.

Características

El Park Güell comprende dos grandes zonas: la zona monumental y la zona forestal. Es uno de los máximos exponentes del modernismo catalán y una expresión única de la imaginación desbordante de Gaudí.

Este gran espacio verde de Barcelona tiene una extensión de 17,18 hectáreas. Se trata de un terreno devónico, formado por estratos de pizarra y caliza.

En su diseño se aglutinan de forma óptima los elementos naturales y arquitectónicos, sin ángulos rectos, todo está resuelto con formas onduladas.

El parque cuenta con especies vegetales mediterráneas como pinos, algarrobos, encinas, robles, alcornoques, eucaliptos, palmeras, cipréses, olivos, higueras, almendros, ciruelos, mimosas, lentiscos, hiedras, maquias, coscojas, retamas, entre otros.

De la fauna del parque destacan especialmente las aves, a donde se pueden apreciar palomas, mirlos, gorriones, jilgueros, garzas, petirrojos, pinzones y golondrinas por mencionar algunos.

El parque se divide entre la zona monumental —la proyectada por Gaudí— y una zona forestal.

Arquitectura

El parque Güell es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa naturalista, período de inspiración en las formas orgánicas de la naturaleza. A ello añade el artista catalán una gran libertad creativa y una imaginativa creación ornamental partiendo de cierto barroquismo sus obras adquieren gran riqueza estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez racionalista o de cualquier premisa clásica.

Gaudí procuró sintetizar en los elementos comunes del parque muchos de los ideales tanto políticos como religiosos: así, son perceptibles en el conjunto conceptos procedentes del catalanismo político —sobre todo en la escalinata de acceso, donde se representan los Países catalanes— y de la religión católica —en el monumento al Calvario, ideado en principio como capilla—. También es importante el elemento mitológico: según parece, Güell y Gaudí se inspiraron en el templo de Apolo de Delfos para su concepción del parque.

La Entrada

El acceso al parque presenta una estructura alegórica de gran simbolismo, centrado en el catalanismo político y en la religión católica. Se presenta la urbanización como una alegoría que representa lo más elevado del mundo terrenal y espiritual, con referencias tanto al avance de la industria y el desarrollo de la burguesía como a la cultura de tradición clásica grecorromana y, especialmente y por encima de todo, la presencia de la religión: el acceso al parque representa la entrada al Paraíso, al lugar utópico donde reina la calma y el bienestar.

La entrada se ubica en la parte más baja de la montaña (calle de Olot), la más cercana al núcleo urbano. Cuenta con una puerta de hierro forjado con un modelado inspirado en las hojas de palmito. El parque cuenta con otros ocho accesos: dos laterales en cada extremo de la calle de Olot, uno en la avenida del Santuario de San José de la Montaña, en la bajada de la Gloria, en la avenida del Coll del Portell, en la carretera del Carmelo, en el camino de Can Móra y en la calle del Torrent del Remei.

En los dos lados de la reja de entrada se sitúan dos pabellones, que estaban destinados uno a portería y otro a administración y mantenimiento de la urbanización, así como a la recepción de visitas. Junto a los pabellones nace un muro que tenía que envolver el recinto, aunque solo se construyó parcialmente. Tiene una longitud de 210 m. Está construido con piedra rústica del lugar y rematado con cerámica, en alternancia de franjas blancas y rojas, y cuenta con unos medallones con las inscripciones «Park» y «Güell». Hay un total de 15 medallones de diferentes colores, de forma circular y 1,4 m de diámetro.

En la entrada se sitúa un vestíbulo de 400 m² para organizar los accesos al parque, a cuyos lados se sitúan dos áreas de servicio a modo de grutas: la de la izquierda alberga un bar y unos aseos; la de la derecha tiene una sala circular de bóveda tórica sostenida por una columna central de forma cónica, con una estructura que recuerda las patas de un elefante. Ambas áreas de servicios tienen unos muros revestidos de cerámica de trencadís de diversos colores, rematados por almenas.

Pabellones

Los pabellones de entrada son del más puro estilo gaudiniano, con una estructura orgánica reflejo del profundo estudio que Gaudí hacía de la naturaleza. Realizados con mampostería de piedra del lugar, destacan por sus bóvedas en forma de paraboloide hiperbólico, cubiertas con cerámica de vivos colores.

Gaudí utilizó la técnica de la bóveda catalana o «bóveda tabicada», que consistía en la superposición de varias capas de ladrillos con argamasa.

Está realizado en mampostería, con recubrimiento de trencadís en las ventanas, las cornisas y las almenas. El edificio está formado por dos cuerpos, uno de forma alargada que da a la calle y otro posterior, que cuenta con un porche de entrada con una columna de piedra. Corona en los edificios una torre con mirador, con una cúpula en forma de sombrerete acampanado que semeja un hongo. En uno de ellos además se aprecia una torre situada en un lateral, de forma hiperboloidal y revestida de trencadís en ajedrezado blanco y azul. Está coronada por la típica cruz gaudiniana de cuatro brazos, que señala los cuatro puntos cardinales.

Por su fantasía formal y cromática se ha sugerido que los pabellones evocan el cuento de Hänsel y Gretel.

Escalinata

Del vestíbulo de entrada parte una escalinata que conduce a la sala Hipóstila está dividida en dos ramales, tiene 45 escalones, en tres tramos de once escalones y uno de doce, con una longitud total de 20 m y una anchura de 8,1 m.

Los muros que circundan la escalinata son de forma elíptica, con una altura máxima de 5,8 m. Son de cerámica, en alternancia de placas convexas blancas y otras cóncavas de colores variados, con una superficie de forma alabeada; estos muros están rematados por almenas, sobre una cornisa de piedra rústica que contiene jardineras de plantas colgantes.

En su zona central alberga tres fuentes con conjuntos escultóricos, que representan los Países catalanes: Cataluña norte (francesa) y Cataluña sur (española).

La primera fuente tiene forma trapezoidal, con una composición naturalista de falsos troncos, estalactitas y vegetación por donde cae el agua a una pequeña alberca. Su forma parece evocar un lugar llamado L’Argenteria, en el desfiladero de Collegats en el curso del río Noguera Pallaresa.66 En esta fuente Gaudí situó un círculo como símbolo del mundo y un compás como símbolo del arquitecto.

La segunda fuente tiene forma de medallón de marco tórico y contiene el escudo de Cataluña y una serpiente, como alusión a la medicina, rodeados de frutos de eucalipto. En su parte posterior tiene un banco de obra recubierto de trencadís blanco, de forma semicircular.

En la tercera fuente se halla un dragón o salamandra hecho de ladrillo rasilla revestido de trencadís de colores, de 2,4 m de longitud. Existen diferentes versiones sobre su significado: puede representar la salamandra alquímica, que simboliza el elemento fuego; el mitológico Pitón del templo de Delfos; o bien el cocodrilo que aparece en el escudo de la ciudad de Nîmes. Esta figura se ha convertido en el emblema del jardín y uno de los de Barcelona. Sobre esta figura hay una pequeña construcción en forma de trípode, en alusión al utilizado por la pitonisa de Delfos. En el centro de este trípode hay una piedra que podría representar el onphalos, el «ombligo del mundo» del oráculo de Delfos.

En el último tramo de la escalinata se sitúa un banco en forma de odeón, situado de forma que le da el sol durante el invierno y la sombra durante el verano.

A uno de los lados de la escalinata se sitúa el colegio CEIP Baldiri Reixac, mientras que al otro se encuentra el jardín de Austria.

Sala hipóstila

Sobre la escalinata se sitúa la «sala Hipóstila» o Sala de las cien columnas —también llamado «templo Dórico»—, de 1500 m², que sirve de soporte a la plaza superior. Con 43 m de longitud, tiene planta cuadrada, excepto en el lado de la escalinata, donde está recortada en los laterales a modo de chaflanes.

Está compuesta por 86 columnas estriadas, de 6,16 m de alto y 1,20 m de diámetro, confeccionadas de mortero y escombro simulando mármol, y tienen revestimiento de trencadís, hasta una altura de 1,80 m. Las columnas exteriores están ligeramente inclinadas para lograr un mejor equilibrio estructural. Son de orden dórico, aunque de ábaco octogonal en vez de cuadrado, y un equino circular pero aplastado. El techo está confeccionado con bóvedas semiesféricas convexas revestidas con trencadís blanco.

En el espacio libre dejado en el techo, se sitúan cuatro grandes plafones circulares a modo de rosetas, de 3 m de diámetro, que representan las cuatro estaciones del año, con dibujos de soles de 20 puntas, de distintos colores. Estos se complementan con 14 plafones más pequeños en el centro de las bóvedas, de un metro de diámetro, que representan el ciclo lunar, con dibujos de remolinos, hélices y espirales.

La Plaza

El punto central del parque lo constituye una inmensa plaza conocida como la plaza de la Naturaleza, la cual es de forma oval y tiene una extensión de 2694 m². En su parte exterior contiene una cornisa cubierta de gárgolas con forma de cabeza de león para desaguar la lluvia, así como triglifos y pequeñas figuras en forma de gota de agua.

En el borde exterior, que sirve de balcón a la escalinata y la entrada del parque, se halla un banco de forma ondulada, de 110 m de longitud, recubierto de pequeñas piezas de cerámica y cristal. En el otro extremo la plaza termina en un muro excavado en la montaña, que hace el efecto de un anfiteatro, sobre el cual hay un paseo de palmeras cerrado en la vertiente montañosa por un muro de columnas con forma de palmera.

El banco ondulante está formado por una sucesión de módulos cóncavos y convexos de 1,5 m, con un diseño ergonómico adaptado al cuerpo humano. La base es de trencadís blanco y se corona con una decoración cerámica que recuerda los collages dadaístas o surrealistas, con motivos generalmente abstractos, pero también algún elemento figurativo, como los signos del zodíaco, estrellas, flores, peces o cangrejos. Predominan los colores azul, verde y amarillo, que simbolizaban la Fe, la Esperanza y la Caridad, respectivamente.

Esta plaza está sin pavimentar, debido a que el agua que recoge procedente de precipitaciones es drenada y canalizada por las columnas que la sostienen y es acumulada en un depósito subterráneo de 1200 m³, para posteriormente ser empleada para regar el parque.

Caminos y Viaductos

Gaudí construyó una serie de viaductos para transitar por el parque, lo suficientemente anchos para el paso de carruajes y con unos caminos porticados por debajo para el paso de transeúntes. Los caminos tienen una longitud total de 3 kilómetros, que salvan el desnivel de la montaña (60 m) y comunican de forma óptima el nivel inferior con el superior. Hay también unos pequeños senderos de piedra que intercomunican estos viaductos a modo de atajos, a veces con escalones. Gaudí procuró integrar estos viaductos en la montaña de la forma más natural posible.

Los viaductos están realizados con ladrillo y revestidos de piedra rústica, y tienen soluciones estructurales diferenciadas, inspiradas en distintos estilos arquitectónicos: gótico, barroco y románico.

El inferior tiene dos hileras de columnas inclinadas y en su parte superior alberga bancos y jardineras; el intermedio tiene tres hileras de columnas, las exteriores también inclinadas, y cuenta como elemento anecdótico con el tronco de un algarrobo que Gaudí decidió conservar; el superior también tiene tres hileras de columnas y alberga en la calzada una sucesión de bancos y de pilares de 2,81 m de altura rematados con tiestos que contienen pitas

El camino principal, llamado del Rosario por tener una hilera de bolas de piedra a modo de cuentas de un rosario, va desde la entrada por la carretera del Carmelo hasta la de la avenida del Santuario de San José de la Montaña, y atraviesa la plaza central. Las bolas del rosario son esféricas, hay 150 y originalmente servían para separar el camino de los carruajes y de los transeúntes.

Entre la plaza del teatro griego y la casa Larrard se halla el llamado «pórtico de la Lavandera», apodado así por una columna de tipo cariátide esculpida en forma de lavandera. Este pórtico tiene forma de claustro románico, soportado por columnas dobles, las exteriores verticales, con forma de palmera, y las interiores inclinadas para soportar mejor el peso. La conjunción de estas columnas inclinadas con el muro interior curvado crea un efecto como de ola marina. Un segundo tramo del pórtico es una rampa en forma de espiral, con columnas helicoidales. En total, este pórtico tiene un recorrido de 83 m de longitud. En la entrada del pórtico se encuentra una puerta de hierro con forma de «hígados de ternera».

El Calvario

En un promontorio de la parte alta del parque, a 182 m de altura, se ubica un monumento en forma de Calvario de tres cruces. Gaudí concibió el Calvario como un monumento megalítico, al estilo de los talayots de la prehistoria balear. El monumento tiene planta circular y dos rampas de escaleras, en cuya cima se sitúan las tres cruces y desde donde hay una magnífica panorámica de Barcelona. Hay dos cruces más bajas (de 1,5 m) y una más alta (1,7 m), una de las cuales termina en forma de flecha. La orientación de las cruces indica los cuatro puntos cardinales y la que acaba en flecha apunta hacia el cielo, lo que da lugar a que se realicen especulaciones sobre su significado.

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