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Éfeso: Significado e Historia

Éfeso fue en la Antigüedad una localidad, una de las 12 ciudades del territorio conocido como Jonia de Asia Menor. Sus ruinas están ubicada actualmente al oeste de Turquía, a orillas del mar Egeo. Es considerado como el sitio arqueológico más visitado del país, y reconocido como Patrimonio de la Humanidad desde el 2015.

Éfeso: Significado e Historia

Los restos de este importante centro religioso, cultural y comercial, reflejan siglos de historia, desde la Grecia clásica y el imperio romano. Fue el principal centro comercial del Mediterráneo, hasta la difusión del cristianismo.

Éfeso estuvo en su apogeo durante el siglo I y II d.C.

Una media de 1,5 millones de turistas visitan las ruinas cada año.

Historia y Curiosidades

Se ha identificado a Éfeso como la ciudad de Apasa o Abasa, mencionada por los hititas como la capital del reino de Arzawa. También se ha encontrado cerámica micénica.

Se atribuye la fundación de Éfeso a colonos jonios dirigidos por Androclo, hijo del rey ateniense Codro, que expulsaron a los léleges y carios que habitaban la región.

En el siglo VII a. C. los cimerios invadieron Éfeso. En estos ataques fue destruida Magnesia.

En el siglo VI a. C., el rey de Lidia, Creso asedió Éfeso.

A fines del siglo VI a. C. pertenecía a Persia.

Durante la primera parte de la guerra del Peloponeso perteneció a la Liga de Delos. Durante la parte final de esta guerra fue una de las ciudades de Jonia que se rebeló contra Atenas.

Después de la batalla de Egospótamos, los efesios dedicaron una estatua a Lisandro (y otros espartanos menos conocidos) en el templo de Artemisa. Pero después de la victoria de Conón en la batalla de Cnido fueron sustituidas por estatuas de Conón y Timoteo.

Cuando en el año 334 a. C. llegó a Éfeso Alejandro Magno, suprimió el sistema oligárquico que imperaba en la ciudad e instauró una democracia. También realizó un sacrificio en honor de Artemisa y decretó que los impuestos que antes se pagaban a los persas, fueran depositados a partir de entonces en el templo de Artemisa.

Lisímaco de Tracia construyó las murallas cerca de la ciudad en un nuevo emplazamiento más favorable, a 2 km al este del templo de Artemisa en el 289-288 a. C., como los efesios no querían cambiar sus emplazamientos hacia el lugar de las murallas, inundó la ciudad cerrando las salidas del agua un día de mucha lluvia, y así la ciudad vieja fue arrasada.

Después de la muerte de Lisímaco, Éfeso estuvo bajo el dominio del Imperio Seleúcida y después pasó a control del Egipto Ptolemaico.

Volvió a ser controlado por el Imperio Seleúcida en la época de Antíoco III el Grande.

Después de la batalla de Magnesia del Sípilo, Éfeso fue entregada a los romanos.

Cuando Mitridates invadió Jonia en el año 88 a. C. fue bien recibido en Éfeso y se tiraron las estatuas de los romanos. Mitrídates ordenó la masacre general de los romanos, y los efesios cumplieron la orden sin respetar ni siquiera a los que se refugiaron en el templo de Artemisa, a los que mataron.

Después de la derrota de Bruto y Casio, Marco Antonio visitó Éfeso e hizo sacrificios a la diosa y perdonó a los partidarios de los derrotados que se habían refugiado en el templo. En el templo de Artemisa en Éfeso, Marco Antonio capturó a los hermanos de Cleopatra y los hizo matar.

La ciudad prosperó durante el Imperio romano. Augusto hizo de Éfeso la capital de Asia Menor en el 27 a. C.

El festival anual de Artemisa se convirtió en un festival de primavera de un mes de duración, atrayendo a miles de personas de todo el imperio.

Éfeso también atrajo a colonos cristianos, griegos y judíos, incluido Pablo de Tarso, quien vivió en Éfeso durante tres años a partir del año 54. Existe la tradición de que San Juan se estableció aquí con María, la madre de Jesús, y también escribió su evangelio aquí. En aquella época existía una importante comunidad judía en Éfeso que contaba con una sinagoga.

Juan el Apóstol se trasladó a Éfeso hacia el año 62. Con la persecución del emperador Domiciano, Juan fue desterrado a la isla de Patmos y sólo pudo volver a Éfeso cuando murió Domiciano, donde siguió dirigiendo la iglesia y donde falleció pocos años después a edad muy avanzada. En el Apocalipsis, la iglesia de Éfeso es una de las siete iglesias a las que se dirigen las «cartas de Jesús».

Éfeso es el lugar en el que transcurre la antigua leyenda de los siete durmientes de Éfeso, los cuales son considerados santos por los católicos y ortodoxos. Dicha historia cuenta que eran perseguidos por su creencia en Dios y que dormían en una cueva cerca de Éfeso durante siglos.

En 262 d. C. la ciudad y el templo fueron asolados por los godos lo que marcó el declive de la antigua ciudad. El templo quedó destruido y ya no se reconstruyó, aunque se mantuvo el culto entre sus ruinas.

Desde entonces la ciudad entró en una decadencia que se acentuó por dos terremotos que se produjeron en los años 358 y 368 así como porque los sedimentos del río Caístro en el puerto y la falta de un adecuado drenaje de los mismos provocaban cada vez más dificultades a los barcos que llegaban al puerto.

Durante los siglos VII y VIII, Éfeso estuvo permanentemente hostigada por los árabes.

En el siglo XI los turcos selyúcidas tomaron el control del lugar.

Otros turcos, los llamados otomanos, se apoderaron del lugar en 1304, construyeron la mezquita de İsa Bey y rebautizaron el lugar con el nombre de Ayaslug.

En 1402, las tropas del turco-mongol Tamerlán arrasaron la basílica de San Juan y la mezquita, que fue reconstruida poco después.

La historia se olvidó de Éfeso hasta 1863, cuando una serie de arqueólogos redescubrieron y excavaron el sitio.

Aunque solamente se ha desenterrado alrededor del 15% del sitio, sigue siendo el área excavada más grande del mundo.

Características

Era una importante ciudad romana segunda en importancia y tamaño solo después de Roma.

Éfeso era un centro de aprendizaje, lugar de nacimiento y hogar del gran filósofo presocrático Heráclito.

Tenía un puerto llamado Panormo.

Turismo, Monumentos y Lugares de Interés

Actualmente las ruinas son visitadas principalmente por cruceros que proceden del puerto de Kuşadası, situado a 19 kilómetros.

Los principales restos de Éfeso se distribuyen a lo largo de las vías principales de la antigua ciudad, que son la calle de los Curetes, que va desde la puerta de Heracles a la biblioteca de Celso; el camino de mármol, que se extiende desde allí hasta el teatro, y la vía Arcadia, que va desde allí hasta los baños del puerto.

Los restos más destacados son: el teatro, el odeón, la biblioteca de Celso, la puerta de Mazaeus y Mitrídates, el ágora, la fuente de Laecanius Bassus, la basílica romana, el estadio, el Octágono, el pritaneo, las termas romanas, las letrinas públicas, el monumento a Memio, el templo de Domiciano, la fuente de Trajano, el gimnasio, el templo de Adriano, el templo de Serapis, el burdel, la puerta de Magnesia, la puerta de Heracles, las casas-terraza, las murallas Lisímaco, la tumba de San Lucas y la Iglesia de María.

El templo de Artemisa fue es una de las siete maravillas del mundo antiguo y fue el mayor templo de la Antigüedad, con 120 columnas de 20 m de altura, de las que solo sobrevive una. En él se veneraba a la «Señora de Éfeso», una divinidad de múltiples pechos a la que los griegos identificaron como Artemisa.

En torno a los años 114-120 se construyó la Biblioteca de Celso que, con una capacidad estimada de 12 000 volúmenes, se convirtió en una de las más grandes de su época (la tercera biblioteca más grande del mundo antiguo, después de Alejandría y Pérgamo).

Al suroeste de Selçuk, se encuentra la Casa de la Virgen María, un sitio de peregrinación donde supuestamente María pasó los últimos años de su vida.

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