El bulldog francés es una raza canina originaria de Francia y establecida como tal a finales del siglo XIX. Se trata de un perro de compañía, no fue criado para cazar ni para meterse en madrigueras.
Su pariente más cercano es el bulldog inglés, descendiente de las razas tipo mastín. Y como todos los dogos, su origen se remonta a los molosos de la región de Epiro en Grecia y del Imperio romano.
Curiosamente en un principio, el bulldog francés fue un perro del pueblo, teniendo como amos a los carniceros y cocheros, y luego dio un giro drástico al convertirse en la mascota predilecta de la alta sociedad y el mundo artístico.
¿Vas a adoptar o comprar un Bulldog Francés? Es una raza de perro con muchas ventajas, pero también con ciertos problemas.
Características
Es un perro de talla pequeña, musculoso, de estructura compacta y sólida, robusto, fuerte, ágil y atlético que se puede encontrar en colores leonado, atigrado, blancos y negros. Su pelo es raso, nariz chata, hocico amplio y profundo, cola corta, ojos redondeados y medio saltones, y «orejas de murciélago». Su cara es corta, cuadrada y ancha. La piel forma pliegues y arrugas casi simétricas.
Su peso es menor de 8 kilos.
Es un perro de carácter singular, inteligente, sociable, amistoso, defensor de su dueño, juguetón y familiar, pero también testarudo. Es excelente para los niños pues es muy afectuoso y protector. También es un buen guardián pues está alerta y ladra cuando sienta un ruido. Duermen mucho y también tienden a roncar y a tener muchas flatulencias.
Cuidados
Es un perro que se puede tener en un apartamento pequeño. Eso sí, necesita de ejercicio durante unos 55 minutos diarios, aunque no es apto para correr ni para largas caminatas.
Es aconsejable evitar exponerlo al calor intenso y tener siempre agua disponible para hidratarlos pues pueden sufrir de golpes de calor.
Hay que cuidarlos del sobrepeso para evitar problemas respiratorios y de articulaciones.
Es común que tengan alergias alimentarias y a la piel.