Son muchos los encantos que nos puede ofrecer la siempre bella Venecia, un ejemplo claro de ello viene a ser la Plaza de San Marcos, la cual en su momento fuera denominada por el mismísimo Napoleón como “La plaza más bella de toda Europa”. Para comenzar, se destaca en este lugar que el suelo está conformado por losas de piedra de Istria y cuando levantemos la vista podremos vislumbrar una gran cantidad de edificios históricos de gran belleza arquitectónica e importancia, por ejemplo, podemos encontrar la gran Torre del Reloj, la Procuraduría Vieja y la Procuraduría Nueva, estas dos últimas con diversos encantos propios.
En los alrededores de la Plaza de San Marcos también se puede hallar el Palacio Ducal, otro espléndido destino veneciano. Llamado localmente como Palazzo Ducale hallamos este edificio de imagen arquitectónica gótica, dando al frente con la laguna de Venecia. Pese a ser una sede del gobierno en donde se realizaban juicios y se encarcelaba personas presenta una estética interesante, llena de estatuas, colecciones de pinturas clásicas y un majestuoso jardín muy bien cuidado. Bien vale la pena darse una vuelta por este lugar.
Por otro lado, Venecia también es muy popular por sus iglesias y puentes, En el caso de las primeras vale resaltar a la Basílica de San Marcos, llena de cúpulas y una apariencia externa muy icónica para los pobladores locales, su origen data del siglo XI, teniendo también entre sus características cierta influencia estética oriental.
En cuanto a los puentes vale mencionar algunos de los más icónicos, por ejemplo el Puente de los Suspiros, cercano al Palacio Ducal; el Puente de Rialto; el moderno Puente de la Constitución; o el Puente de los Descalzos. Todos los puentes antes mencionados gozan de un encanto arquitectónico único, además de ser posible sus visitas mediante paseo en góndola.