El can es el mejor amigo del hombre y en el mundo han una variedad de razas para todos los gustos que se amoldan perfectamente a las exigencias y el cariño del amo. En este post vamos centrarnos en una raza muy tierna y particular como lo es el Akita Japonés.
El Akita Japonés es una raza canina evidentemente originaria de Japón y es llamado así por la prefectura de Akita. En un principio fue un perro de caza mayor y por generaciones fue usado por los guerreros del Japón como perro de defensa y ataque y también para casa osos. Es considerado una raza aparte del Akita Americano.
En España es considerado como una raza potencialmente peligrosa por Real Decreto, fuera de este dato el Akita es el perro nacional de Japón y en el año 1931 fue designado como Monumento Nacional. Es visto como el perro más alto de todas las razas del Japón y a través de los años ha sido perro de pelea, símbolo de riqueza y prestigio. Aquí poseer un Akita era un honor permitido a la nobleza.
También es símbolo y talismán de buena suerte al punto de ser un buen obsequio para el nacimiento de un bebé o cuando alguien está enfermo.
El temperamento del Akita es reservado y silencioso, permaneciendo impasible en situaciones irritantes de poca importancia. En relación con otros canes podría asumir el papel dominante, no buscará enfrentamiento a no ser que haya sido provocado anteriormente. Desde cachorro debe entablar una socialización gradual con todo tipo de perros y otros animales que vayan a convivir con él para lograr una personalidad equilibrada.
Con respecto a sus dueños, el Akita será cariñoso, leal y protector. Tendrá un carácter amistoso con las personas en general a no ser que éstas tengan malas intenciones. Es una raza que no ladra sin tener una buena razón. Esta raza se volvió más famosa cuando se usó para la película “Siempre a tu lado, Hachiko”, protagonizada por Richard Gere y un perro Akita.