El Lobizón también conocido como el Luisón del Guaraní, Juicho o Luisõ es uno de los siete monstruos de la mitología guaraní, un hombre lobo considerado como el señor de la muerte, el monstruo más temido y aborrecido de los engendros malditos.
Se trata de un mito paraguayo muy popular no solamente en Paraguay sino en el Noreste de Argentina, el norte de Uruguay, el sur del Chaco Boliviano y algunos estados de Brasil.
Resumen
Esta espeluznante criatura mitad hombre, mitad bestia es el séptimo y último hijo de Tau y Keraná en quien cayó la mayor maldición que pesaba sobre sus progenitores.
Esta terrorífica leyenda cuenta que en las noches de luna llena, los martes o viernes, este ser pierde su forma humana y se transforma en un ser similar a un perro gigante de color negro, de aspecto diabólico, con ojos blancos y pupilas rojas, y dientes gigantes y afilados. Su objetivo es devorar la carne de los muertos y el alma de los vivos. Por ello va los cementerios en busca de cadáveres de los cuales alimentarse o de seres humanos para convertirlos en otros Luisónes.
Un olor nauseabundo e insoportable lo acompaña, su aspecto hiela la sangre de las venas y enloquece a los hombres que se dejan sorprender.
En su andar deja una marcar de tres rasguños enormes. Su trayecto termina al clarear el nuevo día, retornando su forma humana, donde se le ve sucio, cansado, esquivo, de mirada doliente y cabello desgreñado.
La leyenda estaba tan extendida y considerada como cierta, que muchas familias sacrificaban su séptimo hijo para liberarlo de esa maldición.