La historia de los cruceros no estaría completa si no se recuerda a lo largo del siglo XX al RMS Queen Mary, el cual fue considerado durante muchos años como el trasatlántico más grande del mundo y por lo menos durante su primera década de existencia también fue considerado como el más rápido del mundo. Su historia es la de un vehículo marino lleno de lujo y esplendor, habiendo surcado los mares a lo largo de tres décadas de manera ininterrumpida; hoy en día más bien su suerte ha cambiado, siendo su colosal tamaño utilizado como tanto un museo, restaurante y hotel que atrae gran cantidad de turistas al estado de California, Estados Unidos, entrando en el Registro Nacional de Lugares Históricos.
El RMS Queen Mary inició su incursión en los mares durante 1936, viendo el cese de su vida recorriendo los mares en 1967. Viendo un poco al respecto de sus características técnicas llegó a poseer una velocidad de 52.8 kilómetros por hora y con respecto a dimensiones cuenta con 310 metros de eslora, 36 de manga y 12 de calado. Con relación a la capacidad para pasajeros se puede encontrar espacio para 2.139, dividiéndose prácticamente en tres partes para diversas calidades de servicio.