El legado de la cultura China abarca desde las expresiones artísticas y religiosas hasta las ciencias puras, como la matemática. Es así que su sistema de numeración servía para expresar información relacionada con la forma de vida, doméstica o imperial.
La numeración china estaba basada en el sistema decimal, donde utilizaron las unidades y las distintas potencias de 10 para representar cantidades. Poseían 9 símbolos distintos para los primeros 9 números pero ningún símbolo para representar el cero.
El sistema de numeración china se caracterizaba por ser híbrido, puesto que empleaban tanto la multiplicación como la adición, por lo que cada cifra es acompañada por otra que la multiplica y la suma de dichas multiplicaciones da la cifra total. Es decir, la naturaleza aditiva significa que los símbolos se unían para indicar adición. Por ejemplo, la cifra 4359 se representaba por el símbolo para 4000 seguido del símbolo para 300, seguido del de 50 seguido del 9.
Del mismo modo, era multiplicativa con la finalidad de reducir cifras muy largas, así 2000 se representaba por el símbolo del 2 y el del 1000, con lo que el número se expresaba en solo dos símbolos.
El sistema de numeración chino permitió hacer cálculos, tan rápido como el ábaco, que consistía en una serie de barras, de color rojo para los positivos y negro para los negativos. Así mismo, hacían uso de los cuadrados mágicos, llamados así porque se formaban por varios números, y que sumados por filas dan siempre el mismo resultado. Los cuadrados mágicos eran conocidos en china 45 siglos antes del nacimiento de Mahoma, también eran usados como amuletos.
Los números chinos datan de 1500 a.C. pero se conoce de ellos gracias al descubrimiento de unos huesos y caparazones de tortuga con inscripciones de caracteres chinos en el pueblo de Xiao Dun. Estos huesos habían sido usados como parte de ceremonias religiosas y contenían información que reflejaban cifras de soldados muertos en combate, animales cazados, prisioneros, etc.