Para lo que viene a ser Valencia en España, podemos encontrar espacios de alto interés turístico como el caso de la ciudad de Benidorm, un encantador espacio ubicado a orillas del Mar Mediterráneo en medio de la denominada comarca de la Marina Baja, siendo lo primordial a destacar la gran actividad nocturna de la región, los lugares de ocio y entretenimiento, y claro, sus fabulosas playas que son el atractivo para la mayoría de turistas. Aparte también hay que contar la maravillosa cantidad de atractivos naturales como la región de montañas que se puede encontrar a las afueras del área urbana.
Para comenzar, ni bien uno llega a la ciudad de Benidorm por primera vez puede llegar a sentir el maravilloso clima mediterráneo que lo caracteriza siempre, sobre todo entre los meses de mayo a octubre, período de tiempo en el que se presenta la temperatura más cálida (máximas de 28º C) y por lo tanto el período en el que la mayor cantidad de turistas seleccionan a este destino. La brisa marina siempre refresca al visitante y aparte se puede encontrar muy escasas lluvias.
En Benidorm no puedes dejar de visitar el Gran Hotel Bali; el Mirador de la Punta del Canfali; la Torre Punta del Cavall; el Tossal de la Cala; la Iglesia de San Jaime y Santa Ana; Aqualandia; Mundomar; Benidorm Palace, Terra Mítica y Terra Natura.
Mi criterio sobre Benidorm y otros municipios similares repartidos por gran parte de la costa Mediterránea española es tan simple como egoísta: mientras más sujetos se sientan atraídos por estos lugares, más probabilidad existe de que nadie invada la playa de aguas azul turquesa y arena blanca y fina situada frente a mi hogar. Para qué entrar en discusión si Benidorm es o no un lugar agraciado si ya se sabe de antemano que hay tantas opiniones como personas. Personalmente, prefiero escuchar el batir de las olas sobre la playa solitaria que tengo frente a mi casa y no los gritos y las palmas de un grupo de energúmenos borrachos, o el paso de varios tarados con “músicas” estridentes a todo volumen en el interior de sus utilitarios. Como español, y aunque el sentimiento de patriotismo no lo tengo muy enaltecido -ni deseo tenerlo lo más mínimo-, prefiero cruzarme con compatriotas y no con turistas extranjeros de baratillo que sólo vienen al país en el que nací para disfrutar por cuatro céntimos de un sol y de un mar de aguas cálidas que no tienen en sus países de origen, sin importarles lo más mínimo España. Y ya puestos a preferir, si no me cruzo con nadie, pues la verdad: mejor aún. Lógicamente, y por puro interés, nunca hablaré mal de Benidorm. A título de curiosidad -la ajena, se entiende, soy madrileño, del barrio de Argüelles para más señas, donde nací ya hace bastantes años, he de desplazarme a Benidorm, en concreto al Rincón de Loix, por temporadas por cuestiones económicas, y tengo mi residencia frente al océano, en un lugar apartado de todo y de todos, cuya ubicación me reservo para evitar en lo posible que cohetes, músicas estridentes, berridos grupales, vuvuzelas -vuvu: hacer ruido en el idioma zulú-, palmas, vómitos y demás deyecciones de sujetos que sólo tienen en común conmigo el parecido fisionómico consustancial a la especie a la cual pertenecemos, lo acaben manchando. Que Ustedes lo pasen bien en Benidorm.